En mis años mozos, cuando iba a la universidad, conocí a uno de esos profesores de los que te acuerdas siempre.
Todos nosotros, conocemos a decenas de profesores a lo largo de nuestra vida. Primaria, instituto, ciclos, universidad, cursillos, etc... Realmente, sólo nos acordamos de unos pocos. Almenos yo sólo recuerdo a algunos, a algunas que nos hicieron recapacitar o ver las cosas de diferente manera. Recuerdo a Rosa, la andaluza de 3º de EGB por su dureza y su salero. A Lola, en 8º porque era la de inglés y era rara. A Carmen, la sargento de hierro. A Ezpeleta, el de literatura en el instituto, porque era muy sabio y le gustaba el cine. A Marta, en la universidad, porque sólo tenia 5 años más que yo y era guapísima y altiva y me ponía...
Volviendo al tema introductorio, por aquellos tiempos universitarios, existía la asignatura optativa de "el tema del amor en la literatura hispanoamericana". Genial. Por supuesto casi nadie se apuntó. Sólo eramos 7 u 8. Grandioso. El profesor, J.V. era un hombre que te embelesaba con su discurso. Te explicaba anécdotas con Gloria Fuertes o con José Agustín Goytisolo y todos nos quedábamos con la boca abierta. Las clases consistían en leer poesía, disfrutarla y reírnos mucho. No hubo ni examen. Simplemente me dió una hoja y me dijo; pon lo que quieras, Albert. Entre otras cosas le escribí: Gracias. Hoy me he acordado de él. Seguro que andará por ahí presentando algún libro o remando en su barca en la costa brava o enamorándose de alguna jovencita. Él también me permitió descubrir uno de los poemas más bonitos jamás escritos. Recuerdo que cuando lo leyó delante de todos dijo: " probablemente la parte final del poema es uno de los fragmentos más bonitos en lo que a poesia romántica se refiere" y aquí lo comparto y si alguien cae aquí, por casualidad, espero que lo disfrute.
"Sobre su piel borrosa,
cuando pasen más años y al final estemos,
quiero aplastar los labios invocando
la imagen de su cuerpo
y de todos los cuerpos que una vez amé
aunque fuese un instante, deshechos por el tiempo.
Para pedir la fuerza de poder vivir
sin belleza, sin fuerza y sin deseo,
mientras seguimos juntos
hasta morir en paz, los dos,
como dicen que mueren los que han amado mucho."
Pandémica y Celeste
-jaime gil de biedma-
poema entero aqui
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jueves, 21 de agosto de 2008
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